jueves, 15 de mayo de 2008

¿Barack Obama y John Edwards juntos como una fórmula?

En 2004 John Edwards fue el primero en saltar al ruedo en la campaña para presidente. Con sólo 2 años como senador, se especuló que en realidad buscaba notoriedad nacional y aspirar a vicepresidente. Cuando ocupó ese lugar en la fórmula con John Kerry, resultó que en realidad sí quería ser presidente y mantuvo una campaña paralela a la de Kerry (y por ello, responsable parcialmente de que no hayan podido llegar a la Casa Blanca).

En 2008, John Edwards volvió a postularse para presidente. Aunque salió muy pronto en la campaña, dejó una buena impresión entre sus seguidores y, lo más importante, un vacío entre los demócratas. Edwards, con un discurso populista apelaba al norteamericano promedio, blanco, de clase media/trabajadora, de las áreas rurales o pequeñas ciudades. Al quedarse escaso de fondos y al no llegar al primer lugar en las primarias de Carolina del Sur, tuvo que salir después del Super Martes. Pero se cuidó de expresar abiertamente sus preferencias hacia Barack Obama o Hillary Clinton. Sin embargo, recordemos que en los debates eran Obama y él quienes más ferozmente atacaban a la senadora.

Por lo tanto, que su apoyo público a Barack Obama sea hasta en este momento, no sorprende y tampoco es gratuito. Al igual que Bill Richardson, busca conseguir para Obama los votos que en su momento fluyeron hacia él. En todo este tiempo, Obama no fue capaz de llegar a la base de votantes que tenía Edwards, cosa que sí hizo Hillary y que le ha permitido seguir en la competencia. Por eso el apoyo de Edwards parece tan crucial ahora.

Si Barack Obama es el candidato presidencial de los demócratas, no puede obviar el mensaje que están dirigiendo los que antes votaron por Edwards y ahora lo hacen por Clinton: la raza es un factor fundamental y el Partido Demócrata tiene que escoger muy bien cómo balancear las flaquezas de Obama con otra figura para vicepresidente. Parece ser que John Edwards está apostando fuerte por la vicepresidencia, pero no es el único, como veremos próximamente.

martes, 13 de mayo de 2008

Las primarias de Virginia Occidental

Todas las predicciones apuntan a que Hillary Clinton ganará en este estado. Incluso el equipo de campaña de Barack Obama reconoce que también se llevará Kentucky. Si bien Virginia Occidental sólo aporta 28 delegados, es uno de los estados claves en las elecciones de noviembre y se añadiría a la lista de estados "swing" que Hillary Clinton ha ganado, sin contar que ella puede continuar diciendo que Obama no es capaz de ganarle a McCain ahí. A estas alturas, sólo cabe ver si la victoria será suficiente para que la senadora por Nueva York siga en la contienda. Desgraciadamente para ella, finalmente Obama la ha superado en el número de superdelegados y eso hace que lo más factible es que ella no sea la nominada por el partido demócrata.

El triunfo de Hillary Clinton en Virginia Occidental es predecible no sólo por los resultados de las encuestas, sino por algo que el equipo de campaña de Barack Obama se ha empeñado en ocultar y que el Washington Post ha traído a colación ahora: que desde que empezó la contienda muchos de los chicos y chicas que lo apoyan, que salen a las calles a buscar votos se han enfrentado a insultos y hasta un cierto grado de violencia de gente que dice que no votará por Obama porque es negro. Esto ha ocurrido en Pennsylvania e Indiana (ver artículo: http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2008/05/12/AR2008051203014.html?hpid=topnews&sid=ST2008051301359)

Otro tema que hasta ahora no se ha podido percibir en su totalidad, es hasta qué grado la gente desconfía de Obama por no usar un pin de su bandera en señal de amor a su país y por estar vinculado (aunque ahora ya no) al Reverendo Wright, o por la parte de su familia que es musulmana, como señalara una persona en el artículo del Washington Post. Que crean que Obama no juraría sobre la Biblia o saludaría a la bandera es algo que debe tomarse en serio, porque más que la expresión de prejuicios, es una señal de si creen que Barack comparte sus valores o no y ése es un criterio básico al momento de elegir por quién votar. John McCain no despierta estas dudas.