viernes, 3 de octubre de 2008

Experiencia vs. carisma, otra vez

El debate de anoche entre Sarah Palin y Joe Biden fue muy interesante por muchas razones, pero particularmente por los preparativos, que se han vuelto una fase más de la carrera por ganar la Casa Blanca.

En primer lugar, se bajaron tanto las expectativas sobre el desempeño de Sarah Palin después de sus entrevistas en televisión, que casi con que ella no se tropezara, ya estaba bien. Y en ese punto, Palin superó las expectativas. Por su parte, los seguidores de Joe Biden cruzaron los dedos para que no metiera la pata, cosa que cumplió. En este sentido, el debate fue de muy, muy baja calidad. Claramente, los dos contrincantes no estaban a la misma altura. Palin no puede articular de una manera clara y concisa sus puntos de vista, como sí pudo hacerlo Biden. Ella está aprendiendo sobre las cosas que Biden maneja al detalle, pero puede darle una cátedra a Biden sobre el manejo de los medios de comunicación.

Esto es crucial porque, como vimos en las elecciones primarias de este año y la campaña presidencial de 2004, la gente es más emocional que cerebral al momento de votar. En ese punto, Sarah Palin estuvo fabulosa: proyectó una imagen de familiaridad y cordialidad, se presentó como una americana de clase media y demostró ser una efectiva "cheerleader" del candidato McCain. Por lo tanto, consiguió que el votante promedio se identificara con ella no sólo en su lenguaje, sino el punto hasta dónde entiende las cosas. Por eso, si los medios la critican hoy como "ignorante", lo que harán será mandar a los votantes directo a las urnas por John McCain.

Por su lado, Joe Biden proyectó seguridad y conocimiento de los temas que se están tratando: economía, seguridad nacional, relaciones exteriores, etc. También hizo su intento por relacionarse con la clase media, ya que él es (o fue) parte de ella. Pero más que nada, lo que hizo fue mostrar que tenía experiencia de sobra para contrarrestar lo que le falta a Palin (y a Obama, si me apuran). Sin embargo, no pudo evitar que sus argumentos sonaran un poco más elevados del lenguaje del ciudadano promedio, lo que le ganó puntos entre los especialistas (claramente ganó el debate en este aspecto) y los periodistas. Aunque lo intentó, fue aburrido en algunos temas y eso se debe a que no tiene un gran carisma.

En conclusión, la campaña de Barack Obama se olvidó de los métodos que ellos mismos usaron contra Hillary Clinton en las primarias de este año. Los debates Clinton vs. Obama se trataron de experiencia vs. carisma y el resultado es que triunfó el carisma sobre la experiencia. Anoche Sarah Palin les dio una cucharada de su propio chocolate, porque logró empatía con la mayoría de los televidentes. El americano promedio puede pensar que Palin, más que Biden sabe lo que siente en estos momentos de crisis y eso pesa mucho en las urnas.

Transmisión y transcripción del debate: http://elections.nytimes.com/2008/president/debates/vice-presidential-debate.html