martes, 18 de diciembre de 2007

El efecto Clinton

En la campaña de Hillary Clinton hay una nueva voz: la de su esposo y la de su hija Chelsea. Es una respuesta a cómo Barack Obama ha logrado posicionarse como un "outsider" y la ha puesto a ella como una representante del status quo. El debate de su inexperiencia se ha tornado en una ventaja, ya que lo presenta como alguien "puro", que no estuvo ligado ni a los escándalos de los noventas, ni a los de los últimos 7/8 años.
Según varios analistas, entre ellos Patrick Healey del NY Times y E. J. Dionne Jr., del Washington Post, éste es uno de los grandes retos de Hillary, pues si no queda en primer lugar en Iowa, podría caer hasta el tercero en New Hampshire, ya que Edwards ha repuntado en ambos estados. Para todos los que buscan inspiración y no experiencia, Obama es el candidato, pero como menciona Richard Cohen del Washington Post también, es lo mismo que se decía de JFK cuando se lanzó a buscar la presidencia siendo un novato en la política americana. Así que, dependiendo de cómo se interprete la historia, JFK fue un buen presidente, pero la verdad sea dicha, muchos de sus logros no se pudieron realizar sin la intervención de Lyndon B. Johnson, quien conseguía los apoyos en el Congreso y quien llevó a cabo las ideas que llevaron a JFK a la cima. La experiencia acabó imponiéndose a la inspiración, aunque JFK sea un presidente más reverenciado que Johnson.
De modo que, los nostálgicos de la era Clinton pueden estar felices de que saldrán ganando. Por un lado está Hillary, pero por otro, Obama tiene detrás a muchos "Clintonitas", por más que los critique.

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