martes, 8 de enero de 2008

New Hampshire en el proceso electoral

Con las encuestas apuntando a una victoria de Barack Obama y John McCain en New Hampshire, le queda a Hillary Clinton y a Mitt Romney aferrarse a un segundo lugar para seguir en la contienda y buscar incrementar sus posibilidades de ganar con vistas al SuperDuper Tuesday (5 de febrero), donde 24 estados sostendrán primarias y caucuses. A pesar de la desesperación que parece existir en los equipos de Clinton y Romney, la historia prueba que para llegar a la Casa Blanca se necesita ingenio, paciencia, persistencia, disciplina y suerte. Es una carrera de varias etapas y nada estará seguro hasta que se cuentan los votos electorales y populares el 4 de noviembre. O después, si ocurre una controversia como la de Florida en 2000.

Aquí se trata de una elección primaria abierta. Del lado republicano hay 12 delegados "en juego". Es de tipo proporcional, ya que los delegados se distribuyen entre los candidatos de acuerdo con el número de votos que reciban.

Del lado demócrata también se reparten los delegados de manera proporcional, pero quien no consiga menos del 15% del voto no puede conseguir delegados. Los delegados de los distritos primero son electos en un caucus (que parece ser que se celebró en diciembre) y luego, dependiendo del número de votos que cada candidato consiga en cada distrito se repartirán estos delegados para la convención. Aquí hay un total de 30 delegados.

New Hampshire se precia de atinarle al candidato que será nominado por su partido para luchar por la presidencia de Estados Unidos. Así ocurrió en 1988 con George Bush, padre (republicano), y Michael Dukakis (demócrata), en 2000 con Al Gore y John Kerry cuatro años después. Es posible que refrenden su amor por John McCain (R), como hicieron en 2000 y salga ganador en esta ocasión. Pero los votantes no tienen una bola de cristal y, por ello, pueden escoger a otro aspirante cuya candidatura se desploma después: así fue con McCain hace ocho años y con Patrick Buchanan (R) en 1996, ya que el senador por Arizona perdió frente a George Bush hijo y los republicanos eligieron a Bob Dole para competir contra Bill Clinton en 1996 en vez de Buchanan.

Como Gary Hart puede atestiguar, puede ocurrir algo inesperado (un amorío extra-marital como su romance con Donna Rice) que haga que la carrera del candidato se desplome y nunca falta una de ésas. Pero la experiencia de Paul Tsongas (¿alguien lo recuerda?) muestra que New Hampshire no garantiza nada. En 1992 él fue el triunfador en la primaria de este estado, sólo para ver que un desconocido gobernador de Arkansas, apodado “the Comeback Kid” arrasó a partir del segundo lugar que obtuvo en la primaria de este estado. Tsongas eventualmente dejó la contienda por falta de dinero, a pesar de ganar primarias en varios estados. Sin embargo, sus seguidores dieron una guerra sin cuartel durante todo el semestre y lo colocaron en la convención nacional demócrata en el tercer lugar, donde el candidato nominado fue Bill Clinton. Por cierto, a pesar del número de delegados que tuvo, la decisión de nominarlo se dio hasta muy entrada la noche. Es decir, que lo normal es que se llegue a la convención sin un favorito y que ahí se hagan las negociaciones, no como hemos visto en los últimos años.

No hay comentarios: